30 de abril de 2009

Añicos


Salió corriendo de su casa con un nudo en el estómago. Apenas acertaba a encontrar las llaves y le temblaba todo. Cerró la puerta como pudo y se deslizó por las escaleras envuelta en un permanente vértigo. Alcanzó la puerta de la calle y corrió. Corrió con todas sus fuerzas, con la mirada perdida y golpeándose con todo lo que se cruzaba en su camino. Perdió un zapato pero no se detuvo... sólo quería huir. Lo más rápido y lejos posible.

No le brotaban las lágrimas pero le torturaba la rabia contenida y la desesperación.

No le salían las palabras pero le ahogaba el miedo, la decepción y el desconsuelo.

A los pocos minutos, o quizás fueron horas, el día se nubló, el cielo se tiñó de gris y empezó a llover. Primero suavemente y después desconsoladamente. Se caló hasta los huesos... y cuando no pudo soportar la angustia durante más tiempo, se detuvo en seco, arrojó con fuerza el jarrón al suelo, que se hizo añicos, y miró hacia arriba. Entonces, rompió a llorar atormentadamente. De rodillas, siguió llorando, empapada, hasta que no le quedó ni una sóla lágrima. Jamás volvió a llorar.

29 de abril de 2009

Little Edie Bouvier


Ella es Little Edie Bouvier, protagonista junto a su madre, Big Edie, del documental "Grey Garden". Prima de la mismísima Jacquie Kennedy marcó una nueva era en el mundo de la moda. Tanto que diseñadores de la talla de Marc Jacobs se han inspirado en su estilismo para crear sus colecciones. Prendas glamourosas y decadentes como la vida de esta mujer, capaz de llevar una falda a modo de capa, o una toalla anudada en la cabeza con un broche, haciendo las veces de pañuelo. Eso sí, sin perder ni un ápice de la elegancia que siempre le caracterizó.

28 de abril de 2009

Una rosa blanca y otra rosa


No tuve libro pero sí dos rosas: una blanca y otra rosa. Me alegraron el día, que prometía ser muy largo. Y lo fue. Me chiflan las rosas blancas. Y las margaritas. Y los geranios. Pero rosas rosas jamás me habían regalado. Cuando llegué a casa me aventuré a buscar todo lo habido y por haber sobre ellas. Después de deambular entre libros y mundos virtuales, os traslado por escrito la conclusión a la que llegué: "la persona que regala una rosa rosa es de fiar. Y si encima te la regala junto a una blanca... para qué queremos más, te aprecia con locura".

No tuve libro pero sí dos rosas. Aunque, previendo este momento, compré hace unos días el libro que me acompañará antes de conciliar el sueño durante las próximas semanas: "Cuentos para pensar", de Jorge Bucay. Lo encontré en una librería del sur mientras buscaba postales para mi caja de los recuerdos... y, cuando puse los pies en la calle, busqué el índice y leí en voz alta "Sólo por amor". Fascinante. Al igual que las ilustraciones que acompañan estas historietas.

26 de abril de 2009

Llamando a los ángeles


"A veces el amanecer, cuando no sabemos con certeza si estamos despiertos o dormidos, adivinamos presencias, susurros, aleteos, risas contenidas y hasta puede rozar en nuestra mejilla algo que no podamos definir. Son los ángeles. Vienen y van escuchando nuestros secretos y susurrando melodías.

Ahora, si tal vez los perdiste en las prisas del vivir ¡Llámalos!, sólo esperan a que los convoques con un suave tintineo"

Desde que me lo regaló, hago sonar la campanilla todas las noches. Y sí, creo en las hadas.

20 de abril de 2009

En la estación



Hacía mucho tiempo que no respiraba el ambiente de una estación de autobuses. A punto estuve de aborrecerlo años atrás cuando me pegaba los meses yendo y viniendo.... pero conseguí verle el lado positivo y hasta le encontré su gracia. Pues bien, el domingo volví a sentir lo mismo en una ciudad ajena y, por unos minutos, fue como si no hubiese pasado el tiempo. Allí, sentada en un banco frío estaba leyendo "Tokio blues" cuando de repente levanté la vista y observé al gentío. Personas anónimas pasando veloces, esperando, despidiéndose, fumando, reencontrándose... Y en esa atmósfera, un niño de apenas seis años corrió en dirección a un señor que llevaba una bolsa de deporte y avanzaba hacia él. Cuando le alcanzó, el hombre se agachó y ambos se fundieron en un cálido abrazo. Al niño se le veía el rostro, rebosante de alegría. El hombre sólo mostraba su espalda, pero intuí que su sonrisa brillaría de igual modo.

En ese momento entendí muchas cosas. Guardé el libro de Murakami en el bolso y me subí al autobús con una sonrisa de oreja a oreja.

(La foto es de Bachmont)

15 de abril de 2009

Que no falte de nada


Que no falte de nada. Todos los viajes tienen una frase sublime. La de mi última escapada es ésta: "que no falte de nada". Me hizo gracia desde el primer momento y sé que cada vez que la recuerde o la escuche se me dibujará una pícara sonrisa. Y eso me hace feliz. Soy de las que cree (a pie juntillas, por supuesto) que las pequeñas cosas son las que dan sentido a la vida... y en cada aventura que emprendo hay momentos capaces de sobrevivir al pasado y acompañarme para siempre en mi andadura.

La generosidad de los que menos te lo esperas, un masaje en la espalda, un abrazo de oso panda, la brisa del viento rozando tu cara, un pueblo de Alí Babá, el cielo estrellado, una tostada con aceite, el romper de las olas, una piedra casi preciosa bañada por el mar, una peca, la arena colándose entre los dedos de los pies, el atardecer en el Mediterráneo, un paseo entre palmeras y cactus, un baño de agua caliente, el latir del corazón, el entusiasmo de un desconocido, un escenario de película, el primer chapuzón del año, la diversidad de culturas, la calidez humana, la luna, un tinto de verano, un susurro al oído...

Pues eso, que no falte de nada. O al menos que sobre lo superfluo, lo innecesario, lo que nos merma la ilusión, lo que nos hiere, lo que nos impide mirar al horizonte, lo que nos hace sentir incómodos, lo que nos atormenta día y noche, noche y día, lo que nos hace ser peor persona y lo que nos coarta la libertad.

9 de abril de 2009

Cerrado por vacaciones


Por fin. Después de meses sin descanso (me refiero a más de 3 días seguidos) hoy cuelgo el cartel de "cerrado por vacaciones" hasta la semana que viene. Me voy de picos pardos muy lejos de aquí, a un paraíso desconocido donde hasta los muertos tienen su encanto. O eso me han dicho. Y como a ingenua no me gana nadie, para allí voy, con el bikini en la maleta, dispuesta a comprobarlo. ¿Notáis la brisa del mar?


2 de abril de 2009

Welcome to hell!

Desgarradora. Así es esta foto en blanco y negro de Gervasio Sánchez. El título "Welcome to hell!" habla por sí solo y desempolva del olvido el último asedio a Sarajevo, que tuvo lugar en 1992. Catorce, quince, dieciséis años más tarde, que más da, el fotoperiodista cordobés volvió a ese mismo escenario dispuesto a reencontrarse con el pasado. Allí, cámara en mano, fue testigo de las secuelas de un pueblo "sepultado" de por vida y de la destrucción del ser humano.
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Os invito a que busquéis el discurso que pronunció Gervasio Sánchez cuando recibió el premio Ortega y Gasset de fotografía 2008. Palabras cargadas de verdad que fueron censuradas en pleno siglo XXI. Me quedo con este fragmento:

"[...] Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte. [...]"
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(La foto forma parte de la colección que Gervasio Sánchez expuso en el Centro de Historia de Zaragoza hasta hace unos días. Claro que ésta es en realidad la imagen- que tomó una aficionada- de la auténtica fotografía)

1 de abril de 2009

Nadie puede hacerte daño

En el trayecto a casa ha sonado esta canción que tanto me gusta y con la que me entran ganas de comerme el mundo. Por su coraje, porque nadie puede hacerte daño, por "Ella", ahí os dejo con Bebe para que os contagie toda su fuerza.

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