17 de noviembre de 2009

Princesa de pared

Comprarse una corona de plástico es querer y no poder. Menos aires i-rReales y más humildad.

8 comentarios:

Tempus fugit dijo...

Buen juego de palabras... aires irreales.

Pues como cabezal de cama... es chulísimo.


besos

Mr. P dijo...

¿y ahora qué voy a hacer con mi corona de burger king?

Espérame en Siberia dijo...

Jajajaja, qué dibujo tan lindo es ese.
¿Y qué me dices de las coronas de Burger King? = o

Muá.

dEsoRdeN dijo...

Humildad, divino (y escaso) tesoro...

migue dijo...

qué bueno ese cuadro!

en mi favor he de decir que esta vez la idea no ha sido mia

abrazoo

Anónimo dijo...

Tampoco tenemos que olvidarnos de las coronas que vienen con la torta de Reyes y las que te hacen en el cole, de cartulina, cuando cumples años.

abril en paris dijo...

¿ Y ser la Reina de la casa ? o
la Reina de Corazones...
Besossssss

Nalda dijo...

Pues eso, querer y no poder.

Abrazotes