"A veces el amanecer, cuando no sabemos con certeza si estamos despiertos o dormidos, adivinamos presencias, susurros, aleteos, risas contenidas y hasta puede rozar en nuestra mejilla algo que no podamos definir. Son los ángeles. Vienen y van escuchando nuestros secretos y susurrando melodías.
Ahora, si tal vez los perdiste en las prisas del vivir ¡Llámalos!, sólo esperan a que los convoques con un suave tintineo"
Desde que me lo regaló, hago sonar la campanilla todas las noches. Y sí, creo en las hadas.
4 comentarios:
Dales un buen sartenazo en el culo a esos ángeles. Me acabo de inventar que da buena suerte... O por lo menos da gustico:)
Guizmo, ya sabes que el que juega con fuego acaba abrasado... y de ahí al infierno hay sólo un pasito.
Hay que creer en algo... por ejemplo, en uno mismo!!!
Pues yo también creo. Ale!
yo tbien creo en las hadas...
un beso, myra
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