Es una imagen en blanco y negro, data del verano de 1975 y transmite infinita serenidad. En ella, dos mujeres, a las que apenas se les ve el rostro, contemplan el mar. Casi se puede sentir la brisa. Poco nítida pero con un encanto desmedido, es la
fotografía preferida de
Pilar Aguarón. Cuanto más la miras, más te atrapa... como sus relatos, breves pero intensos en cuerpo y alma. Como va de preferencias, ahí va mi favorito: "El olvido".
"La tarde en que lo conoció la tierra y el cielo parecieron confundirse. Todo lo dejó para seguirle, cambió de hábitos, cambió de amigos y cambió su vida entera sólo para complacerle.
Cuando el vendaval que acabó con el amor lo devastó todo, no quedó en pie ni el dolor, ni el rencor, ni la melancolía, sólo sobrevivió el olvido"
3 comentarios:
Una foto muy emotiva, mucho amor hay en ella
La foto original es que es muy pequeña, de aquellas cámaras tan primitivas, la tengo que volver a escanear a ver si la sacó con menos "grano", pero como tú bien dices esa misma falta de nitidez da un encanto especial a la imagen; un amigo mío que la vio me hizo un reflexión curiosa: Mi madre en primer plano joven y fuerte, cargando con el peso y las chaquetas y aguantando firme y a su lado más empequeñecida y a su sombra. Así era entonces, luego la vida hizo que nos intercambiásemos los papeles, yo la fuerte y ella empequeñecida y dependiente a mi lado. Así es en definitiva la vida.
Gracias por tu reflexión Pilara.
Un besote
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