(La imagen es de Otto el piloto)
Casi atropello a un gato al llegar a casa. Iba pensando en la última vez que estuve en un parque de atracciones -¿seis, siete, diez años?- y, sin embargo, llevo unos días sintiendo el vértigo visceral que me provoca la montaña rusa. Sabes que una vez que te subes, no hay vuelta atrás. Por mucho que hayas sido advertido con el cartelito de turno: "abstenerse personas con problemas cardiacos". Y digo yo, ¿a quién no le duele el corazón de vez en cuando?
Sí, el felino en cuestión era negro.
11 comentarios:
Oh ¡ cuantas cosas me he perdido por aqui ! ¿ Estás en transito reflexivo
y por eso casi te llevas a un gato por delante ?..
Sentir vértigo es cosa de tiempos
de cambio, supongo.
Seguro que tu corazón es resistente
Un abrazo ;-)
Resiste lo que sea, aunque sufra algún amago de infarto cuando menos te lo esperas. Gracias Abril.
me encantan las montañas rusas pero esa de la foto
hmmmm...
saludos
Aaahh, si era negro lo hubieras atropellado :P
Nunca me he subido a una montaña rusa... aunque los rusos la llaman Amerikánskiye Gorki o "montaña americana".
Saludos
yo tengo un vértigo considerable, y aún así este verano me monté en una mini montaña rusa...montaña suiza la decían...
jejej, conozco esa sensacion ;) y eso q nunca he atropellado a ningun gato!!!
bonito blog...
gloria
xxx G&L
Montaña rusa, ruleta rusa, ensaladilla rusa(con salmonela)... ¿Todo peligros?
Los gatos negros son preciosos salgan por donde salgan. Y... ¡el corazón duele cuando está vivo!
besos
Jajaja, ya decía yo que eso de los gatos negros sí se cumple.
Pobrecito de tu corazón, ¿a ti por qué te duele? ¿Qué pasó?
Un beso G I G A N T E.
Alguien dijo alguna vez que el camino no era fácil, pero merecía la pena.. Y si no, los ingenieros y yo estamos en vistas de aplanarlo para poner un tranvía..
Sonoio: la de la foto "acojona" un poquito, ¿eh?
Mauricio: ni blanco, ni negro, ni pardo, ni gris... lo llego a atropellar y sí que me da el infarto.
Jubi: ¡qué me dices, no haber montado nunca en un chisme de estos!! Siempre hay tiempo. Aunque mi recomedación es que empieces por una más sencillita...
Migue: no había oído hablar nunca de la montaña suiza pero supongo que dará el mismo miedo llamándose como se llame.
Gloria: dichosa sensación... Por cierto, vente de picos pardos cuando quieras.
De cenizas: calla, calla, que lo de la salmonelosis también lo he vivido. Y cómo duele.
Espérame en Siberia: duele por tantas cosas que no podría resumirlas. Pero también palpita por muchas otras; sin ir más lejos, por mi tritón, que es un cielo. Ahh, beso gigante recibido.
Guizmo: ya sabía yo que lo tuyo eran los ferrocarriles. Y tranqui, que el camino lo allanamos juntos.
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