Ondeado por el aire y mirando al sol. Así lo encontré cuando seguí el rastro del inconfundible olor a jabón de tajo. El mismo que mi madre incluía en la lista de cosas imprescindibles para irme 15 días a un campamento de verano. El mismo que volvía intacto a casa, sin perder un ápice de fragancia.
Apenas unos metros más allá, me enterneció esta señora de moño blanco en plena senectud. La observé durante unos minutos, y entonces comprendí aquello de que los edredones se lavan siempre en casa.
8 comentarios:
Me encanta el olor a ropa tendida. Me viene a la memoria el jabón de Marsella.
Tengo un post de noviembre (tendedero) que me ha recordado el tuyo.
Un bs
Golders Green es un barrio que esta cerca de Hampsted. Me encantó la gente, la tranquilidad y aunque no soy judío, me encantó cómo seguian sus ritos.
Buenisima foto..de una sencillez pero totalmente expresiva, el cansancio o la siesta..
y desde luego llega hasta aqui el olor a jabón de la ropa limpia !!
Cesc: bonito tendedero en tierras portuguesas... No he podido resistirme a echar un vistazo. Ahh, apunto Hampsted para la próxima. ¡Hasta pronto!
Abril: pensé que dormía pero tenía un libro entre las manos. Aunque seguramente durmiera de cansancio. Las cosas maravillosas son las más sencillas. Un besiño
Hay que ver lo que me gusta lo que escribes, cómo lo escribes y las fotos que haces!
Marta, mil gracias... escribo lo que siento y retrató aquello que me hace sentir.
Me gustan mucho esatas 2 fotos...
"escribo lo que siento y retrato aquello que me hace sentir". Olé... suena a divagación escueta y sesuda de filósofo célebre. Esta frase me ha convertido en fan tuyo ;)
Ricardo: para ser una fotógrafa aficionada, creo que estas fotos tienen mucha garra.
Guizmo fan: ¿Quién no filosofa de vez en cuando? Los que no lo hacen es porque no saben!!!
Saluditos
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