No fue necesario pasar la segunda prueba del casting. Llevaba mucho tiempo preparada para interpretar el papel que mejor sabía hacer, el papel de su vida.
Sería su primera función, su primera obra como "la otra", un cliché que arrastraría de por vida... por mucho que le jodiera.
En el escenario, repetiría hasta tres veces su única frase: "La otra soy yo, no ella". Después, empezaría a llorar desconsoladamente al tiempo que desaparece de escena para siempre.
7 comentarios:
Creo que todos estamos destinados a interpretar nuestro papel. El problema es tener valor para afrontarlo.
No vale la pena trabajar en una función si no es para ser la actriz principal (o al menos eso creo yo).
A ver si nos vemos pronto.Mil besos.
En un escenario puede, pero no, nadie es "el otro (a)" en su propia vida
Qué profundo... me gustó mucho!
Algunas personas nunca interpretan el papel protagonista, son los eternos secundarios..pero ¿ y qué ?
Gracias a ellos " los otros " pueden
brillar..
Profunda reflexion, desde luego.
Abrazos. XD
"la otra" suena un poco despectivo no?
yo por si acaso no sería nunca la otra en ningun contexto.
Cesc: estoy de acuerdo, hay a quién le faltan agallas.
Diane: nosotras somos de llevar la batuta. Y al que no le guste... Nos vemos cuando quieras.
Amigoplantas: creo que hay demasiadas máscaras y miedos como para que todo el mundo asuma su "papel".
Mauricio: mil gracias!
Abril: a veces también reflexiono!! jiji.
Anónimo identificado: no es despectivo, es lo que hay... Ser o no ser, esa es la cuestión. Y sí, ante la duda, evita ser "la otra", que de eso ya se encargan otras.
Gracias a todos y un besote gordo
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