No hay verano sin calor, sin festivales y, cómo no, sin las temidas obras. Aceras levantadas, socavones en la calzada, calles cortadas, polvorín por todas partes... En fin, un caos para peatones y conductores.
Los únicos a los que parece no afectarles son los que disfrutan viendo avanzar las obras. Que si hoy ponen una baldosa, que si mañana terminan el bulevar, que si pasado colocan los bancos.... cuando a uno le sobra el tiempo, no hay nada mejor que pasar la tarde contemplando obras. De hormigón y de arte.
6 comentarios:
... y si vas con una antena de coche para señalar te haces el dueño del cotarro y tienes a tres o cuatro jubiletas asintiendo toda la tarde...
Guitarboy: Ya te digo. Si además llevas unos zumos y unos bizcochos has triunfado!!!
Levantan y levantan aceras sin parar, es el deporte nacional del verano... Nunca lo entenderé.
Pues yo estoy convencida de que buscan un tesoro y cuando lo encuentren habrá luchas encarnizadas
por llevarse los " doblones "..
Lo peor:
la taladradora ¡ ¡ brrreeeeee XP-- ! Bss.
Lo siento, no estoy de acuerdo con guitarboy ni con Nalda, los jubilatas quieren sentirse activos y todos ellos son los arquitectos de las obras.
- Tú, no ves que estas poniendo el bloque torcido? Anda echa el nivel que te va a quedar como la torre de Pisa... y los demás jubis parecido.
Un abrazo Nalda.
Ese polvito de las obras flotando en el aire mientras uno suda los 40grados agosteños. Mmmhhh, sauna y exfoliación, todo en uno. A mí, como a la comunidad anciana me encanta.
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